Mazda 6 con motor 2.5 litros y automático: Un toque de elegancia en Santander

Mis queridos lectores, en esta oportunidad escribo para contarles que nuestra Área Metropolitana, se viste de gala en la noche de hoy; para recibir con todos los honores en el Club Campestre de Floridablanca a la gran estrella del portafolio automotor de alta gama de la Compañía Colombiana Automotríz (C.C.A.). El MAZDA "6".

La CCA decidió traerlo de Japón para ubicarlo en la alta gama por ser más elegante, discreto, grande y actual. Viene en una versión única altamente equipada, caja secuencial y cuesta 80 millones de pesos.

Cinco años después de su introducción en Colombia, el Mazda 6 recibe su primer gran cambio con un modelo totalmente nuevo que toma el lugar del presente auto. El Mazda 6 inició la transformación de la línea de Mazda, que saltó de los veteranos 323 y 626 al Mazda 3, 6 y posteriormente al 2 que hoy conforman su portafolio de automóviles.

Muy inspirado en la clientela de los Estados Unidos, el Mazda 6 fue concebido en ese país, aunque con dos variantes: Una de talla "large" que es la que envían a Colombia, procedente de Japón y juega en mercados internacionales y otra "XL" que pretende alinearlo con carros más grandes como los Altima, Accord o Camry.

Inicialmente, el Mazda 6 era un proyecto de ensamble de la CCA, con una perspectiva interesante en Venezuela donde su tipología cae como anillo al dedo. Pero ante el cierre de ese comercio, se optó por traerlo de Japón -donde se le conoce como Atenza- completamente armado, lo cual posiblemente impidió hacerle los retoques de ingeniería local.

El carro no tiene nada en común con el modelo precedente cuya producción local terminó. La plataforma es diferente y si bien es apenas cinco centímetros más grande en sus medidas de largo y ancho, la carrocería y estampa dan la impresión de que es mucho más voluminoso.

También le cambiaron el motor por uno totalmente nuevo cuya cilindrada pasa a 2.500 cm3 y la potencia es de 168 caballos. El anterior era 2.3.

Es también diferente la caja de velocidades que solo viene en versión automática, asistida por un sistema inteligente llamado por Mazda “Activematic”, que incluye una memoria la cual adapta los cambios de velocidades a la forma como cada persona lo maneje. La gran novedad son los mandos de la caja en el timón, que difieren de los otros carros porque son dobles, uno a la izquierda y otro a la derecha, pero que hacen la misma función ya que el botón aumenta o baja las relaciones hacia arriba y abajo. Es una disposición interesante y más fácil de operar, aunque ya va siendo hora de que todos los fabricantes adopten un patrón común para estos mandos pues cada marca tiene una manera diferente de operarlos.

El nuevo motor que crece en 200 cm3 tiene menos progresos en su rendimiento. Pasa de 163 a 165 caballos del 2.3 al 2.5 y el torque crece de 21.1 kgm a 23.3 kgm. En el consumo, encontramos cifras entre 25.1 y 26.9 kilómetros por galón, dependiendo del tipo de manejo pues para sacarle decoroso rendimiento y aceptable pique, hay que llevarlo a la posición secuencial de la caja y utilizar bastantes revoluciones para moverlo bien. No es culpa de la potencia, que es correcta, sino de las cinco relaciones de la caja que son sumamente largas, con una segunda de casi 110 kilómetros por hora, que va a ser el cambio de uso obligatorio en montaña a buen paso. Si bien la caja tiene las mismas multiplicaciones y diferencial del modelo anterior, y un convertidor de torque de mejor respuesta, se estiran las relaciones por el tamaño de las llantas que pasan a ser 215/55 en rines de 17 pulgadas, de aleación.

Tampoco debe afectar el peso su aceleración, porque el nuevo auto, a pesar de ser más grande, muestra cinco kilos menos en la báscula que el modelo precedente.

La configuración de las suspensiones es más dura que en el carro anterior y se transmiten mucho más las irregularidades del piso a la cabina, si bien el control de la elongación de los resortes en los baches es muy bueno. Mecánicamente, las suspensiones son avanzadas pues adelante tiene doble tijera en lugar del popular MacPherson y atrás es cada rueda independiente con un sistema multibrazos en "E" bien complejo pero eficaz en confort y estabilidad ya que el automóvil obedece sin vacilaciones.

El funcionamiento de las suspensiones está asistido por un control de estabilidad dinámica que genera correcciones de trayectoria en caso de percibir maniobras mal ejecutadas por el conductor y también control de tracción en las ruedas delanteras que son las motrices. La dirección es con ayuda eléctrica y calibrada por el computador de acuerdo con la velocidad.

No es fácil lograr en un auto importado de Japón una generosa lista de accesorios sin salirse de la gama de precio en la cual va a competir, razón por la cual la tarifa para el nuevo vehículo es de 80 millones de pesos la unidad, que es un incremento de 4 millones con respecto a la versión más equipada del previo Mazda 6. Pero, obviamente, lo coloca en una desventaja frente a su primo hermano, el Ford Fusion que cuesta menos y está mucho mejor motorizado, para citar el caso de autos de muy similares perfiles.

Sin embargo, hay que citar que por equipo, diseño y accesorios, es mucho más atractivo que muchos europeos que se promocionan por estos días a precios muy tentativos por la caída del dólar, pero en una configuración sumamente austera y primaria, con motores muy pequeños.

Esos accesorios son el sistema de ingreso sin llave, encendido en un botón que se activa con el control de puertas que se puede llevar en el bolsillo. Es destacable el paquete de luces, que son bixenón de activación automática, al igual que los limpiabrisas, y giran en las curvas para iluminar mejor los vértices.

Los espejos exteriores se pueden abatir mediante mandos eléctricos y el interior reacciona a las luces de los carros que vienen atrás para no encandelillar.

Se destaca un sistema multifuncional (CF-Net) gracias al cual en un solo comando desde el timón que operan los sistemas de sonido, el de control climático que es en dos zonas de la cabina y de eficiencia mejorada y la visualización del computador de información general del automóvil. En otro brazo del timón están los mandos del control de velocidad de crucero.

Todas las sillas son tapizadas en cuero, con comandos eléctricos y memorias de posición adelante para el lado del piloto. Tiene una instrumentación análoga, con iluminación en dos tonos de azul y rojo, aunque con una posición menos "disco" en la cual atenúa los azules de los bordes de los metros.

En seguridad, lo equiparon con cinco airbags y los apoyacabezas delanteros son activos, es decir que cambian de posición en un impacto para mejorar el soporte de cuello de los ocupantes de la parte frontal.

El Mazda 6 es mucho más serio y discreto, con una línea más deportiva sus accesorios externos están tratados con delicadeza y elegancia, como el pequeño deflector trasero sobre la tapa del baúl. Todavía tiene su toque de "tuning" con los stops transparentes pero hay que recalcar y destacar que tiene un perfil totalmente diferente y mucho más elegante.

El timón del nuevo Mazda es un centro de controles. En la parte superior de los brazos tiene los dos mandos de la caja de velocidades que se pueden accionar con cualquier mano pues cumplen la misma función. A la izquierda está el comando de las funciones de ventilación y sonido, además de la información del computador. A la derecha se maneja el control de velocidad de crucero. El arranque es de botón y no necesita llave pues se activa, junto con la apertura de puertas, con un control que se puede llevar en el bolsillo.