viernes, 30 de abril de 2010

Hoy 30 de Abril, la "Navidad" de los Masones, "NOCHE VERDE" de Mockus, cumpleaños de Adolf Hitler. Más que una coincidencia?



Un evento que desde la antigüedad y por varios siglos se realiza en la noche de hoy. La "Noche de Walpurgis" (o Valborgsmässoafton en sueco, Walpurgisnacht en alemán) es una festividad celebrada en la noche del 30 de abril al 1 de mayo en grandes regiones de Europa Central y el Norte. También es conocida como la noche de brujas.

La tradición, probablemente vikinga y difundida por celtas, señala esta fecha como de transición del invierno a la primavera, la festividad de Beltane en honor a Belenos, dios del fuego, prendiendo hogueras para renovar con el humo a los pueblos y a sus habitantes. La festividad resultó adoptada en algunos puntos para usos de brujería y, como ha solido pasar, fue absorbida por la llegada del Cristianismo, atribuyéndole origenes relacionados con el cumpleaños de Satanás.

En esta época de transición equinoccial era costumbre que se juntasen las brujas, según leyendas, en las inmediaciones de la sierra del Harz (en concreto en su cima más alta, el Blocksberg) para sus reuniones. El origen de la festividad procede de antiguas celebraciones paganas celtas, posiblemente de la época de los vikingos, adorando e invocando a los dioses de la fertilidad la noche del 30 de abril, mezclándose esta celebración nórdica con el Beltane celta.

En la antigua Roma, el mes de mayo estaba consagrado a los antepasados (maiores). Era un mes en que en toda Europa y Asia se creía que los aparecidos hacían sus incursiones entre los vivos. Durante la Antigüedad y la Edad Media, se perpetúa una gran prohibición: hay que evitar casarse en mayo porque durante ese período se corre el riesgo de contraer matrimonio con una aparecida o con una mujer embrujada del Otro Mundo.

Con el devenir de los tiempos la fecha aproximada de la celebración católica de la canonización de la Santa Walpurgis (Valborg o Walburga) se trasladó del 25 de febrero (fecha de su nacimiento) al 1 de mayo, denominándose Noche de Walpurgis por coincidir la fecha de celebración con el día de Santa Walpurgis en el calendario sueco debido a que el 1 de mayo de 870 d.C. fueron trasladadas sus reliquias. Dicha fecha pasó a ser el día de la celebración de esta santa en algunos calendarios, coincidiendo con el día del trabajador.

Como dato adicional, creo recordar, que fue durante la Noche de Walpurgis de 1776 que Adam Weishaupt creó en los bosques bávaros a los Illuminati. Esos mismos de los que habla el apocalipsis.

Acá en Santander, los directivos "verdes" son en su gran mayoría Masones y Atéos. Y lo curioso es que todos han sido contratistas corruptos del estado. No hay ni uno que sirva. Asi que no se preocupen amigos lectores, esa peste verde se caerá por su propio peso en pocos días. Estaré atento a la fuerte reacción de las iglesias cristianas y católicas que desde este domingo seguramente empezarán a apretar las tuercas sueltas.

domingo, 25 de abril de 2010

La historia del hombre que salvó al mundo.....




Fotogramas / Stanislav Petrov / Archivo WORLD PRESS SERVICE / 2010

Hubo un día, en septiembre de 1983, en el que la Guerra Fría entre el capitalismo y el comunismo estuvo a punto de costarnos la vida a todos nosotros, por culpa de un fallo informático. El episodio fue mantenido en secreto hasta 1998, y si bien ya hace años que dejó de serlo, pocos lo conocen. El héroe a quien con toda probabilidad le debemos la vida es un oficial ruso de mediano rango llamado Stanislav Petrov.

¿Sabe usted quién es Stanislav Petrov? ¿Recuerda quizá lo que alguna vez este hombre hizo? Seguramente no, igual que yo hasta hace pocos días cuando tuve la oportunidad de ver en la televisión por cable, el documental titulado: "The Man Who Saved The World" producido en 2006. Posiblemente gracias a él usted y yo estamos vivos o nos hemos salvado de ser meros sobrevivientes en un mundo espectral, completamente distinto del presente. El acto que realizó Stanislav Petrov —una mezcla de intuición, frialdad, sensatez, cálculo y buena suerte— salvó el planeta de la destrucción nuclear, aunque él esté muy lejos de ser considerado un héroe. De hecho, no recibió ninguna medalla ni premio honorífico o económico, sino más bien una reprimenda de sus superiores. Hoy su historia parece apenas una nota al pie en los anales de la Guerra Fría, y él es sólo un viudo de 65 años, que vive olvidado por todos, achacoso y acompañado por su hijo y un perro en un modesto piso —su mísera pensión de jubilado no le permite más— en un tristón suburbio llamado Friazino, en las afueras de Moscú.

Para entender lo que Stanislav Petrov hizo hay que retroceder a los años ochenta, cuando la Guerra Fría entre las superpotencias y sus respectivos aliados o satélites era un constante juego de estrategias, actos de propaganda, provocaciones y amenazas que mantenían el mundo en vilo, siempre al borde de la catastrófica conflagración final. Vivir en ese estado de tensión y jaque generados por Estados Unidos y la ahora extinta Unión Soviética nos parecía normal, parte de la vida cotidiana, y estábamos resignados a que la sorda rivalidad por la supremacía siguiera indefinidamente: era mejor que la guerra misma.

Pero en septiembre de 1983 esa tensión era altísima y todo parecía pender de un hilo: el día primero de ese mes, una aeronave comercial perteneciente a una compañía surcoreana fue derribada sobre territorio soviético (al que aparentemente había ingresado debido a un error de navegación) por aviones de combate rusos, cuyos radares la confundieron con un avión militar espía; las 269 personas a bordo murieron. El grave incidente produjo una crisis, un escándalo mundial e incontables teorías sobre el hecho que iban de la conspiración más siniestra a la más inocente confusión del piloto coreano. El habitual secreto con el que el régimen soviético manejaba estos asuntos, y su negativa a dar explicaciones u ofrecer disculpas, hacía peores las cosas: los nervios se crispaban y el ambiente político internacional estaba más envenenado que de costumbre.

Ése era el contexto en el que, veinte años atrás, se encontraba Stanislav Petrov, quien tenía a su cargo una muy delicada misión: era el comandante y el más alto responsable de un equipo de técnicos y militares especializados que, encerrados en un búnker secreto y sepultado bajo tierra para no ser detectado por los sistemas de contraespionaje norteamericanos, monitoreaba, día y noche, la red de alerta temprana ante cualquier posible ataque de misiles nucleares del enemigo. Petrov no era el prototipo del militar soviético rudo y torpe que las películas y las novelas de espionaje solían pintar. Formaba parte de la más escogida elite castrense: ilustrado y con buena formación, gozaba de respeto dentro y fuera de las filas como teniente coronel, y gozaba también, por cierto, de los privilegios y beneficios del poder. Era el hombre encargado de tomar, en cualquier momento, una decisión suprema: la de oprimir el botón rojo que dispararía los misiles para detener en el aire la agresión extranjera, y los misiles de contraataque sobre suelo enemigo; es decir, en sus manos estaba el poder de comenzar el fin del mundo. Y eso fue justamente lo que enfrentó la histórica noche del 26 de septiembre de 1983.

Poco después de la medianoche, una nueva red de satélites llamada Oko ("El Ojo") reflejó en las pantallas de Petrov y su equipo algo extraño y temible: lo que parecían cinco siluetas moviéndose a gran velocidad y altura en dirección a Moscú; segundos después los identificó como cinco misiles Minuteman II con cabezas nucleares. El sistema de detección estaba programado de tal manera que, una vez confirmado el inminente ataque, Petrov estaba forzado a respetar las precisas instrucciones de la computadora, seguir un "protocolo" de emergencia nuclear y comunicar de inmediato la situación a sus superiores en el Kremlin; así se eliminaba toda posibilidad de vacilaciones ni debilidades humanas. Una luz roja con las palabras rusas equivalentes a "¡ATAQUE / MISILES!" titilaba en la consola frente a él: el circuito electrónico no le dejaba otra opción que la prevista para estos casos. La situación era todavía más dramática porque todo el proceso, que iba de la detección del inminente peligro hasta la decisión final de apretar el botón que desataría la represalia soviética, tenía que cumplirse en aproximadamente doce minutos.

Enfrentando esas circunstancias apremiantes e irrevocables, rodeado por todo su personal en estado de máxima alerta, pero en el fondo solo, Stanislav Petrov revisó una vez más la información que se desplegaba ante sus ojos. Y observó algo que no le pareció acorde con la lógica ni con sus conocimientos técnicos sobre las armas de largo alcance. Se hizo entonces una pregunta elemental: "¿Por qué sólo cinco misiles?" Bien sabía que, si Estados Unidos había resuelto atacar la Unión Soviética en ese momento (y el caso del avión coreano era un buen pretexto), disparar únicamente cinco misiles era completamente ridículo. Su inmenso arsenal estaba concebido para lanzar una lluvia, una espesa oleada de centenares, quizá miles, de misiles para desarticular por completo al enemigo y superar sus defensas antiaéreas con la simple fuerza del exceso (overkill se llamaba esa fuerza abrumadora de las armas), sin importar si eso producía una victoria o el apocalipsis. Esa deducción le bastó a Stanislav Petrov para tomar una decisión. Tomarla y transmitirla oficialmente a las autoridades en el Kremlin: se trataba de una falsa alarma: nada más.

Lo asombroso es que Petrov adoptó esa posición sin estar absolutamente seguro de que no se estaba equivocando. Era más bien una especie de apuesta de que lo contrario —que se trataba de un ataque verdadero— era algo irracional, insostenible, ajeno a las reglas presentes de la guerra. Y lo hizo sabiendo que, si cometía un error, sería juzgado y ejecutado como un despreciable traidor a la sagrada patria rusa y al no menos sagrado Partido Comunista, o a lo que sobreviviera de ellos después de la hecatombe.

Uno de los hechos más sorprendentes de este episodio es que Petrov no integraba el grupo de oficiales que habitualmente era designado para estar a cargo de Serpujov-15. Fue la casualidad lo que puso a Petrov en ese lugar, y en buena medida lo que permite que sigamos respirando, porque ¿quién garantiza que otro oficial no hubiera tomado otra decisión?
Felizmente para él, y para todos nosotros, Petrov no se equivocó al negarse a aceptar los indicios que le presentaba "El Ojo" como algo irrefutable —ahora tiende a ser una actitud normal la basada en la noción de que la inteligencia artificial es infalible, al revés de la humana. En efecto, los cinco sospechosos puntos que aparecían en la pantalla de Petrov no eran producto de la combustión de los motores de presuntos misiles, sino —aunque parezca increíble— simple reflejo de los rayos solares sobre las nubes que cubrían en ese momento los silos de los Minuteman en Montana. Ésa fue la conclusión a la que llegó una comisión militar que investigó el incidente; el informe permaneció en secreto hasta 1993, el mismo año en el que Stanislav Petrov se retiró, sin pena ni gloria, de las fuerzas armadas, tras lo cual tuvo que trabajar como guardia de seguridad para poder subsistir en la nueva Rusia, donde ha pasado al desván de las ruinas del período soviético.

Esta historia tiene un significado muy aleccionador en nuestros días, en los que hemos dejado atrás los hábitos de la Guerra Fría por los de la "guerra antiterrorista" que trata de eliminar o reducir un peligro cierto y brutal, pero que al mismo tiempo ha creado un estado de histeria general que es parte de la ansiedad y la sensación de vulnerabilidad en la que vivimos todos desde el 11 de septiembre de 2001. Hemos tenido que acostumbrarnos a aceptar que a todos nos observan constantemente una serie de complejos sistemas electrónicos y cuerpos especializados, que dependen de esa información para protegernos y para actuar de inmediato; es decir, todos somos potencialmente sospechosos para no ser todos víctimas, diferencia que realmente no siempre controlamos, porque otros son los encargados de hacer la distinción entre apresarnos o protegernos con sus equipos de alta precisión. Si alguien comete un error, si un mecanismo electrónico falla y da una falsa alarma que dispara la esperada y salvadora respuesta automática, ¿habrá siempre por allí un Petrov con su providencial duda, con su misma cabeza fría? Estamos, en verdad, siempre al borde del abismo, envueltos en una guerra en la que se nos ha reclutado, lo queramos o no. Hay algo aterrador en ello, que es quizá la secreta victoria que cada día ganan los grupos radicales y fanáticos sin disparar un tiro ni hacer explotar una bomba

Doy un ejemplo: en Estados Unidos, todos sabemos que hay una orden permanente dada a un escuadrón específico de la fuerza aérea, que tiene la misión de disparar y derribar cualquier avión —comercial, privado o militar— que se desvíe sospechosamente de su ruta habitual y sobrevuele cierta área alrededor de la Casa Blanca o ciertos puntos estratégicos. Los agentes de la guerra contra el terror han hecho un frío cálculo: la vida del presidente vale más que la, digamos, doscientos pasajeros inocentes. ¿Qué pasaría si eso ocurre y luego se descubriese que fue un error de detección, como el que frenó Petrov, o un involuntario cambio de ruta, como el del piloto coreano? ¿Cuál es la consecuencia moral de este dilema que nos plantea a cada minuto el estado actual del mundo? En algo me recuerda el argumento que justificaba el lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki como éticamente aceptable, porque la atroz muerte que sufrieron decenas de miles de civiles japoneses salvó la vida de millones si la guerra se prolongaba.

El novelista William Styron concibió una situación basada en esa justificación: la de un hombre que, paradójicamente, le debía la vida a la bomba atómica, pues con la rendición de Japón se había salvado de ir y posiblemente morir en el frente. No se libró, sin embargo, de un agónico sentido de culpa: el de haber sido uno de los elegidos para sobrevivir en un horrible mundo postnuclear, una posibilidad tal vez semejante a la que enfrentó Stanislav Petrov en esa olvidada medianoche del 26 de septiembre de 1983, cuando su escepticismo puso en riesgo a su país pero nos salvó a todos.

Entrevista con Stanislav Petrov, Premio de la Paz de Dresde por haber prevenido una guerra nuclear.


En 1983 se produjo el Incidente del Equinoccio de Otoño, cuando un satélite soviético alertó sobre el lanzamiento de un misil intercontinental estadounidense. El teniente coronel Stanislav Petrov, identificó la alerta como una falsa alarma. Su decisión evitó una posible guerra nuclear que hubiese borrado a la humanidad de la faz de la Tierra. En Entrevista de RT, el premio de la Paz de Dresde que previno una guerra nuclear, nos relata con detalle el suceso que durante largo tiempo fue secreto.





sábado, 17 de abril de 2010

La distancia entre Santos y Mockus se acorta, pero el Uribismo se consolida en las preferencias electorales


Fotomontaje / Juan Manuel Santos - Antanas Mockus / Archivo WORLD PRESS SERVICE / 2010


En la nueva encuesta electoral que calienta el ambiente político del fín de semana, 1.200 ciudadanos de todos los estratos fueron encuestadas en 36 municipios del país, cara a cara, sobre la intención de voto en primera vuelta. Los resultados fueron:


  • Juan Manuel Santos: 30%


  • Antanas Mockus: 20%


  • Noemí Sanín: 12%


  • Rafael Pardo: 5%


  • Jaime Araújo: 5%


  • Jairo Calderón: 5%


  • Gustavo Petro: 4%


  • Germán Vargas Lleras: 3%


  • Robinson Devia: 1%


En la encuesta prévia, dada a conocer el 01 de marzo de 2010, Santos tenía una intención de voto de 36 por ciento, Noemí Sanín 17 por ciento, Antanas Mockus 9 por ciento y Germán Vargas Lleras 3 por ciento.

En la nueva encuesta, los resultados de candidatos como Jaime Araújo y Jairo Calderón sorprendieron, pero Javier Restrepo, de la firma encuestadora de Ipsos-Napoléon Franco, explicó que para realizar esta encuesta le habían mostrado el tarjetón en el que tendrán que elegir a los candidatos el día de las elecciones. La ubicación de los candidatos y los logos de los partidos fue lo que marcó la diferencia para estos candidatos. Araújo está ubicado en el primer lugar del tarjetón.

A los encuestados también les preguntaron sobre su intención de voto en caso de que hubiere una segunda vuelta. Un 72% de los encuestados votaría en segunda vuelta y lo haría de la siguiente manera:

Si Santos y Mockus fueran los candidatos, por Santos votaría el 45 por ciento y por Mockus el 37 por ciento. Un 8 por ciento está indeciso. Respecto a la anterior encuesta de la misma firma, revelada el 1 de marzo, Santos disminuye en intención de voto, pues tenía el 49 por ciento y Mockus el 39 por ciento.

Si Santos y Noemí Sanín fueran los candidatos, por Santos votaría el 44 por ciento y por Sanín el 28 por ciento. Santos se mantiene frente a la medición de marzo y Sanín cae dos puntos. Pero entre estos dos candidatos el voto en blanco crece.

Si Mockus y Noemí Sanín fueran los candidatos, por Mockus votaría el 42 por ciento y por Sanín el 30 por ciento. En esta encuesta sube Mockus 10 puntos y Sanín baja 7 puntos.

La encuesta también preguntó por la enfermedad de Parkinson de Mockus, y si esto afectaba o no la intención de voto del público. El 16 por ciento dijo que luego de conocer la noticia estaba más interesado en el candidato, el 8 por ciento dijo que tenía menos interés y el 59 por ciento dijo que no afecta su intención de voto.

“Maravilloso, es una señal bellísima de que entendieron lo que se planteó, confieso mi admiración por la sociedad a la que pertenezco”, dijo el candidato Mockus emocionado en la radio está mañana tras conocer los resultados de la pregunta de esta encuesta.

Otros candidatos también expresaron su opinión frente a los resultados de esta encuesta.

Juan Manuel Santos dijo que las encuestas eran como una carrera de caballos, si el que va adelante mira hacia atrás se cae del caballo, y por eso él prefería seguir trabajando para adelante sin mirar quién está acercándose o alejándose.

Germán Vargas Lleras, el candidato que más baja en la encuesta, afirmó que no va a declinar su candidatura pero añadió que tiene que reevaluar su estrategia para esta recta final de la campaña.

Noemí Sanín, quien en el pasado ha calificado a las encuestas como “extrañas”, dijo que otra encuesta ayer le daba a ella un 23 por ciento. Sanín afirmó que en esa encuesta ella subía por encima de Mockus.

Rechazo de Petro

El candidato del Polo Democrático, Gustavo Petro, rechazó los resultados de esta encuesta, al declarar desde Medellín que se encuentra "sorprendido" por los resultados. El aspirante le pidió al Consejo Nacional Electoral que nvestigue sí las cifras están siendo manipuladas, al considerar que las mismas no son coherentes y faltan a la verdad.

Según Petro las "incoherencias" encontradas en el estudio de IPSOS Napoleón Franco, comparando las encuestas del 14 de abril y del 25 de marzo pasados, tienen que ver con una máxima en política: "Para que un elector diga que va a votar por un candidato necesariamente debe tener una imagen favorable de él. En el caso de Araujo y de Calderón la intención de voto es mayor a la imagen favorable en varios casos lo cual, supone una incongruencia injustificable".

Petro dice que inexplicablemente Araujo y Calderón multiplicaron por 5 sus respectivas intenciones de voto respecto a la encuesta del 25 de marzo pasado. "La lógica del asunto sería que eso se debiera a un gran aumento en la favorabilidad de estos candidatos entre la población, sin embargo en estas tres semanas la imagen de los dos candidatos se deterioró".

Ficha Técnica

Persona natural o jurídica que la realizó: Ipsos Napoleón Franco, inscrito ante el Consejo Nacional Electoral.

Persona natural o jurídica que la encomendó: RCN TV, RCN Radio, La FM y Revista Semana

Fuente de financiación: RCNTV, RCN Radio, La FM y Revista Semana.

Grupo objetivo: Hombres y mujeres, mayores de 18 años de edad, niveles socioeconómicos alto (estratos 6 y 5), medio (estratos 3 y 4) y bajo (estrato 2 y 1), residentes habituales en 36 ciudades y municipios del país.

Tamaño de la muestra: 1.200 encuestas reales, 1.200 encuestas ponderadas por región, nivel socio económico, género y rangos de edad.

Técnica de recolección de datos: Entrevista personal en hogares, con aplicación de un cuestionario estructurado.

Tipo de la muestra: Muestreo estratificado, multietápico, primera etapa selección de municipios, segunda etapa selección de secciones cartográficas, tercera etapa por conglomerados de hogares. El método de selección del entrevistado, en el hogar seleccionado, es la persona presente en el hogar y residente habitual del mismo, mayor de 18 años, próxima a cumplir años. Marco de áreas cartográfico con la conglomeración de hogares en secciones cartográficas, a partir de la información del último censo de población y vivienda 2005 con sus correspondientes proyecciones al 2010.

Tema o temas a los que se refiere: Conocimiento e imagen de personajes e intención de voto.

Candidatos o personajes por los que se indagó: Álvaro Uribe, Antanas Mockus, Germán Vargas Lleras, Gustavo Petro, Jaime Araújo Rentería, Jairo Enrique Calderón, Juan Manuel Santos, Noemí Sanín, Rafael Pardo y Robinson Devia

Fecha de realización del trabajo de campo: del 13 al 14 de abril de 2010.

Margen de error observado: Con 95 % de confianza para fenómenos de ocurrencia del 50% 3.1% +/-, para el total de la muestra; para la sub-muestra de personas con intención de votar en la 1ª vuelta de las elecciones presidenciales el margen de error observado es 3.5%+/-; para la sub-muestra de personas con intención de votar en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, de3.7%. Por regiones, el margen de error máximo es del 9.0% para las personas con intención de votar en elecciones presidenciales.

Área/Cubrimiento: urbana de 36 municipios

Bogotá, Barranquilla, Medellín, Bucaramanga, Cali, Ibagué, Montería, Itagüí, Girón, Cartago, Neiva, Montelíbano, Armenia, PuertoWilches, Popayán, Acacías, Ciénaga, Salento, Funza, Contadero, Pitalito, PuebloNuevo, Riosucio, Facatativá, Zarzal, Garzón, Chinú, Yarumal, El Carmen de Chucurí, Corinto, Restrepo, Puerto Escondido, Santa Rosa de Cabal, Nimaima, Ipiales y Acevedo.


NOTICIERO DE SANTANDER, con información de VOTE BIEN y LA F.M.

"La Corte Suprema se convirtió en directorio de la oposición": José Obdulio Gaviria


Fotograma / José Obdulio Gaviria / Archivo World Press Service / 2010


En extensa entrevista, publicada por el periódico EL TIEMPO de Bogotá D.C., señala que desde ese organismo ha habido intenciones de derrocar al presidente Uribe y subvertir el orden institucional.

El hombre que creó el paradigma de que en Colombia no hay conflicto armado interno, sino amenaza terrorista, cree que un sector de la justicia liderado por contradictores políticos quieren cobrarle su atrevida dialéctica como un delito de opinión.

Gaviria, quien casi no puede discutir sin tener uno o más libros a la mano, citando filósofos, guerreros o historiadores para hacer sus análisis, afirma con la convicción de los valientes que desde la Corte Suprema de Justicia ha habido un plan para derrocar al presidente Álvaro Uribe, para ensañarse contra los amigos y partidarios del mandatario y favorecer a los enemigos del país..

Pero él no está dispuesto a ceder en sus reparos a ese tribunal. Dice que sus magistrados se han trenzado en una lucha intestina por la fronda burocrática, lo cual los ha desviado del camino de impartir Justicia, señalado por la Constitución, para convertirse en una especie de partido político de oposición.

Por considerarlo de interés nacional y ante la evidente amenaza externa del mamertismo internacional e interna de los entreguistas a la "robolución" Bolivariana, aqui la transcribimos.  

"Yo llegué al Gobierno en 2002... Era la primera vez que tenía una vinculación con el Estado. No acepté cargo público, acepté una asesoría parcial al Presidente de la República pensando básicamente en elaborar documentos, textos políticos, correspondencia y colaborar en los discursos para que el Presidente tuviera insumos. Recuérdese que él no lee discursos.

Yo mantenía desde hacía años una identidad con el presidente Uribe, había una especie de simbiosis ideológica. Muchas veces yo escribía un artículo y resulta que Uribe ya había dicho eso en alguna intervención.

En la campaña de 2002, uno de mis libros, Colombia, asesinato y política, fue muy citado por el candidato. Debo anotar que le oí una conferencia en Medellín en el que enunciaba unas tesis y unos hechos idénticos a los que yo estaba escribiendo.

Por eso, cuando él hizo la presentación de mi libro en el lanzamiento, le dije al público, medio en serio, medio en broma, que lo dieran por leído: lo reseñó como si lo supiera de memoria.

Cuando llegué a la Presidencia casi nadie me conocía en Bogotá. Dentro de la Casa de Nariño la gente se sorprendía de que Tulio Chinchilla y yo habláramos tanto con el Presidente.

Después se sorprendieron más cuando comencé a publicar artículos en EL TIEMPO, participar en debates políticos y académicos e intervenir en radio y televisión.

Esa participación en el debate público se acrecentó por el tema de la reelección porque yo redacté la exposición de motivos. Y la cosa se les hizo más rara cuando publiqué un libro, Reelección, que el pueblo decida, que fue un éxito editorial.

Eso me convirtió en personaje público; una especie de vocero de las ideas de Uribe -no vocero de Uribe sino vocero de sus ideas-, porque se discutía que qué era yo, si servidor público, si contratista, si un simple amigo del Presidente y que cómo hacer para que la Procuraduría limitara mi derecho de expresión.

En 2006 publiqué el libro "A Uribe lo que es de Uribe". Fue objeto de mucho debate público y dio lugar a la creación de grupos de apoyo en todo el país. Ese fue el germen del Centro de Pensamiento Primero Colombia: una reunión de intelectuales, profesionales, sindicalistas y universitarios.

Pero lo que me introdujo en los debates más agrios fue mi libro Sofismas del terrorismo en Colombia.

Hasta el 2002, se consideró que la definición de nuestro estado de violencia se llamaba "guerra civil" o "conflicto interno armado". Y esa concepción era defendida a capa y espada en la academia, en los medios de comunicación y en los círculos políticos.

No notaban que era la definición que daba sobre sí misma la guerrilla porque convenía a sus intereses, dado que le reportaba reconocimiento de beligerancia y status político. Yo contradije a fondo esa definición. No por entrar en una discusión bizantina sino porque una definición u otra conllevaba políticas antagónicas.

Si estábamos en guerra civil, la política de Seguridad Democrática quedaba neutralizada, dado que ella se funda en la cooperación ciudadana con la fuerza pública (quien nos ayudara se convertiría en "actor armado"). Si enfrentábamos una amenaza terrorista, en cambio, lo natural era esa estrecha alianza y cooperación...

¿Usted está ubicando la génesis de la amenaza judicial que parece surgir contra usted en el debate planteado de si en Colombia había guerra civil, conflicto interno armado o amenaza terrorista?

El punto es que para enfrentar la tesis de estado de guerra civil o conflicto interno armado había que citar los textos de quienes la enarbolaban; ir a los textos de las ONG, a los de los académicos (de la Universidad Nacional particularmente), y de muchos otros, sobre todo los del Partido Comunista. ¡Ahí fue Troya! Dijeron que los estaba convirtiendo en objetivo militar.

Citar literalmente sus textos, que los encontraba en librerías y bibliotecas, dizque era "amarrarles una lápida al cuello". Querían que todo el mundo los leyera, adhiriera a sus puntos de vista; pero mostrar sus falencias conceptuales o sus errores, era considerada una actividad policiva o de espionaje.

Álvaro Camacho, por ejemplo, dijo que citar su prólogo al libro Sistema de guerra, de N. Richani, era amenazar su integridad.

Igual ocurrió con el director de CODHES. Él ha dicho que mis artículos y libros son una sindicación, pero lo que he hecho es citar textos que justifican la combinación de las formas de lucha (armas y urnas).

Desde la publicación de Sofismas del terrorismo yo soy el demonio para todos los que defendían la tesis de que la guerrilla era "oposición armada" al Estado. Pero, ¿qué hago si así se discutía en Colombia hasta 2002? Uribe les puso las cosas patas arriba.

¿La Corte no podía controvertir los criterios académicos suyos?

¡Claro! De hecho, piensa diametralmente distinto a mí. Lo que nunca nadie previó, y ahí está la génesis de otra contradicción Uribe-Corte Suprema, es que esta, en una sentencia, adheriría a la tesis de que la lucha de las Farc es respetable pues obran por móviles altruistas.

Esa filosofía determinó que apoyaran la lucha del ejecutivo contra los parapolíticos, pero que se hicieran los de la oreja mocha al momento de perseguir a los farc-políticos.

Según usted, ¿la Corte no podía hacer esa afirmación?

Podía, sí, pero no debía. Todos aspirábamos a que la jurisprudencia perfeccionara la política de seguridad democrática, no que la entrabara.

Usted ha denunciado en muchas oportunidades las amenazas militares de la guerrilla, por Anncol. Y se pueden ver. ¿Pero ahora está planteando otro tipo de amenazas? ¿Judiciales?

Primero, por formación ética, por formación jurídica y por el testimonio que tendrían que dar todos los que me conocen, yo nunca intervendría en una operación de espionaje, en una operación de seguimiento, en una operación oscura de persecución a nadie. Odio cualquier intromisión en la vida privada de la gente. Eso es enfermizo, eso es voyerismo.

Si algo deberían mis contradictores certificar es que siempre les doy la cara, les acepto sus invitaciones a sus foros y me refiero a sus puntos de vista conocidos; los cito literalmente; no cito grabaciones irregulares o espurias.

La única acusación que me pueden hacer es que los haya citado textualmente con referencia a lo que han dicho a los medios de comunicación o han escrito y publicado.

Mi herramienta ha sido el texto directo. Pero como me les volví una piedra en el zapato, la única manera que se les ocurre de desvirtuar y desconceptuar mis textos, mis artículos, mis intervenciones en el debate público, es intentar deslegitimarme como contradictor.

No deslegitimar mis conceptos, ni contradecir mis puntos de vista, sino deslegitimarme y descalificarme moralmente. ¿Por qué no discuten mis argumentos? Porque la doctrina de la Seguridad Democrática los desnudó.

Hay magistrados que sacan recortes de mis artículos y se los presentan al Presidente o a los contertulios en los bares como si fuera un cuerpo de delito; han pedido mi cabeza como columnista... De ahí a operar judicialmente contra mí no hay mucha distancia y eso, en plata blanca, se llamaría juicio por delito de opinión o chavismo ordinario.

Mi único delito sería haber opinado en contra de actuaciones de magistrados y de contenidos de sentencias.

Entiendo que mi columna (de EL TIEMPO) es una de las más leídas del país y por lo menos es constatable que es la más comentada en promedio por los lectores. Y a mí en los escenarios donde participo siempre se me recibe con, por lo menos, una afirmación admirativa de la manera como expreso mis puntos de vista.

Algunos magistrados no gustan de esos escenarios y preferirían tener una "Bastilla" para encerrar a quienes los critiquen.

El mayor aporte de todos los que ha dejado el presidente Uribe es haber elevado el nivel del debate político en Colombia, haber permitido que al concluir su mandato de ocho años yo pueda participar en un foro en los que hay miembros del Partido Comunista que se confronten conmigo con puntos de vista, con ideas.

Incluso con afirmaciones que así sean insultantes se hagan de una manera tal que yo tenga que respetarlas. Antes lo que se armaba en los debates era una guachafita.

¿Entonces las acusaciones en el sentido de que usted y gente de la Casa de Nariño habrían ordenado interceptaciones ilegales es un cobro político solamente?

Total. El ladrón juzga por su condición. Contra mí no hay acusaciones sino calumnias. Y de las calumnias no se presentan pruebas. Son afirmaciones falsas.

Primero dijeron que el capitán (Jorge) Lagos me sindicaba y se autoincriminaba. ¡Falso! La W se retractó y explicó que le había creído a Noticias RCN. Caracol Radio y la FM persistieron en la calumnia. Ahora dijeron que el doctor (Carlos Alberto) Arzayuz me sindicaba y se autoincriminaba: ¡Falso!

Mi relación con todos los funcionarios de Casa de Nariño y del Estado colombiano respecto a todos los temas fue total y absolutamente académica y no administrativa: cátedras y conferencias en la Escuela Militar, conferencias en reuniones de oficialidad, de retirados, participación silenciosa en Consejos de Seguridad y el Consejo de Ministros.

Toda la información que yo utilizo la extraigo de textos publicados o son producto de mis reflexiones. Les duele y les horroriza que yo les haya hecho seguimiento a sus textos y los haya puesto en evidencia frente al público.

El caso de Petro. Petro afirmó, en un debate público conmigo, que nunca me ha sindicado a mí pero que sí había gente en la Casa de Nariño que delinquía. Yo le dije: "No señor, usted no me va a ganar a mí para que acepte la incriminación a mis compañeros de la Casa de Nariño.

El presidente Uribe es el combatiente intelectual, directo y claro. Nunca, por ningún motivo, su gobierno habría aceptado involucrarse en políticas denigrantes como es el espionaje ilegal. Quien lo haya hecho, si lo ha hecho, traicionó su juramento y traicionó a Uribe".

Lo que ha salido a la luz pública respecto de la primera administración del DAS en este Gobierno muestra que sí hubo graves irregularidades. La sola presencia de un señor como (Rafael) García en la cúpula del DAS ya es un indicio gravísimo de conductas criminales en esa cúpula.

Si en el DAS se trazó una política de guerra sucia, deberá caer todo el peso de la ley contra el funcionario que lo haya hecho. Pero que no vengan a hacer linchamientos y a asustar a la gente para pescar en río revuelto.

¿Por qué ha avanzado la judicialización contra personas de la Casa de Nariño en este proceso?

¡No! No ha avanzado porque para eso se necesitan pruebas. No existen y espero que no se atrevan a crearlas artificialmente, como hace la dictadura que gobierna en las vecindades. Pero sí hay que admitir que hay una confrontación entre el Ejecutivo y el aparato judicial.

¿Sólo por una confrontación de los poderes?

La confrontación es un hecho. Y no es por culpa del ejecutivo. Hasta 2006 hubo luna de miel entre el ejecutivo y la Corte. Las primeras lanzas se rompieron cuando el ejecutivo se negó a acompañar a la Corte en una iniciativa retardataria: prohibir la tutela contra sentencias judiciales.

La segunda fue respetar, no coartar, e incluso colaborar con la prensa en la indagación sobre las relaciones de algunos magistrados con Giorgio Sale y Ascencio Reyes. Ahí entré yo.

El Centro de Pensamiento Primero Colombia publicó el libro "Parapolítica, verdades y mentiras", del que soy compilador.

En el ensayo de William Calderón se narran los viajes y francachelas de magistrados con esos individuos.

En lugar de generar investigaciones internas y colaboración con la justicia (Comisión de Acusación de la Cámara), en la Corte operó el espíritu de cuerpo.

Luis Carlos Restrepo denunció formalmente los hechos pero cualquier amague de investigación ha sido respondido con la persecución al representante que se atreva.

Hoy los magistrados de la Corte son los únicos ciudadanos colombianos totalmente inmunes e impunes porque no tienen juzgador.

¿En algún momento la Casa de Nariño trató de rivalizar con el poder judicial intentando buscar verdades sobre esa situación, por medios que se prestaron para controversias como la ida de alias Job a Palacio?

Es deber de todo ciudadano colaborar con la justicia. ¡Claro que el ejecutivo y la prensa tienen derecho a saber la verdad de esas relaciones non sanctas! La entrada de Job está grabada en video que el gobierno entregó a los medios y de la reunión hubo acta. Las entradas de Sale y Reyes al Palacio de Justicia, que eran diarias, fueron borradas y ¡qué tal para ellos si hubiera quedado acta! Los convenios internacionales sobre información financiera pusieron alarmas chillonas sobre operaciones millonarias, en dólares, de varios magistrados.

Eso muestra la diferencia de talante entre el ejecutivo y ciertos magistrados. Yo dije que la forma como se expresa la Corte no es la solemne y digna que conocimos siempre los que nos formamos como juristas. A la Corte la conocíamos por los tratados en varios tomos o por la jurisprudencia ante la que nos inclinábamos reverentes.

De un momento a otro se convirtieron en directorio político de oposición, protagonizan ruedas de prensa y producen comunicados con clara intención política; se engarzan en reuniones electoreras para controlar cuotas de poder (ocho meses sin hace mayoría para elegir un magistrado, al fiscal, al Presidente de la Corporación y a magistrados de los tribunales y ahora piensan hacer un carnaval con el nombramiento de candidato a la Contraloría).

No es casual que los dos últimos presidentes de la Corte sean políticos derrotados y refugiados en la corporación. Lo que pasa es que no se resignan a ser magistrados y actúan ante las cámaras como si fueran presidentes de un directorio.

Ante lo único que ellos se inclinan reverentes es frente a libros publicados por la oposición con contenido ultrajante y mendaz; libros que, además, orientan la investigación sobre la parapolítica, en lugar de fundar sus decisiones, única y exclusivamente, en hechos y actos criminales de los sindicados.

El caso más representativo e infame es el de Mauricio Pimiento a quien condenaron por los votos que obtuvo en un pueblo y no porque se le hubiese probado la comisión de un delito.

¿Subsiste el propósito de sacar al Presidente, desde la Corte?

No ha habido ninguna infamia superior a todas las que se han producido contra el presidente Uribe, que desde la presidencia de la Corte se hable de Watergate y que la Casa de Nariño es una empresa criminal. Los partidos de oposición, mal que bien, tratan con respeto al Presidente. ¡Pero la Corte...!

¿Ser el vocero de las ideas del presidente Uribe lo lleva a usted a pagar un costo político?

Yo pago ese costo político con mucho gusto. Yo por ejemplo acompañé al presidente Uribe desde mis columnas, en solitario, en el debate sobre el Caguán. Escribí un libro llamado Colombia, la guerra y la paz, en el que expresé todos los puntos de vista coincidentes con el presidente Uribe y con su texto de 1995 sobre su política de seguridad y convivencia, porque nosotros entendimos que todo el proceso del Caguán era un gran error fundado en ideas erróneas.

Un debate interno mal planteado produce estrategias erróneas y desastres político-administrativos. No sé si en el seno del Gobierno y de los grupos políticos que apoyaron lo del Caguán se dio el debate, pero la estrategia, evidentemente partía de la base de que Colombia estaba en guerra civil, y que por lo tanto la salida era negociada. Nosotros partimos de la base de que Colombia tenía una amenaza terrorista y que en consecuencia la solución era el reforzamiento del Estado, la presencia en todo el territorio y la persecución a los agentes terroristas.

¿Es dable pensar que el fin del Gobierno del presidente Uribe deje a personas como usted, que han sido voceros de sus ideas, vulnerables ante una amenaza como esa de tipo judicial de la que se habla?

Pues si nosotros nos volvemos vulnerables y eso conlleva que las ideas se vuelvan frágiles, estamos perdidos los colombianos. Las personas somos accesorias, somos seres que podemos estar o no estar. Pero los planteamientos del presidente Uribe respecto al tema de la seguridad en Colombia, Seguridad Democrática, no pueden estar en riesgo. Y advierto: todo aquel que se haya metido en la guerra política sucia desde el Estado colombiano lo hizo en contra de las ideas del presidente Uribe y en contra de su práctica política, y en contra, además, del interés político del país. El que haya hecho alianzas con los paramilitares para combatir a la guerrilla ha traicionado al Estado colombiano y al Presidente. Eso debe ser castigado, eso es un delito.

Uribe ha sido un combatiente leal de las ideas y nadie sin mentir puede decir que haya sido perseguido o que haya sido puesto en peligro por el ejercicio del poder del presidente Uribe.

Al contrario, quienes habían emigrado del país y se habían asilado en otros países regresaron. Nuca antes ha habido una campaña tan enérgica y sistemática de protección a los sindicalistas, a los miembros de ONG, periodistas, principalmente de oposición. Pero vaya usted y pídales que reconozcan ese hecho: inmediatamente lo niegan y punto. Pero esos mismos que lo niegan tienen protección del Estado, carros blindados y esquema de seguridad.

Además, cuando han puesto la alerta, el Estado ha intervenido, ha reaccionado.

¿Usted cree que hay intereses en callarlo mediante la judicialización?

Lo han intentado, mintiendo. Presenté una denuncia penal contra algunos periodistas que mintieron diciendo que un testigo de alto nivel, el capitán Lagos, me había sindicado de la comisión de delitos. Mintieron absolutamente. La única que rectificaron inmediatamente fue La W Radio. Ahora reincidieron diciendo que otro testigo, el doctor Arzayuz, se autoincriminaba y me sindicaba. ¡Mentira! Leí su declaración y ni siquiera me menciona y niega, él, haber cometido delito.

¿Entonces ni Lagos ni Arzayus han hecho sindicaciones contra usted?

Ni las harán. Porque ellos en primer lugar nunca cometieron el delito que se les imputa de las chuzadas a funcionarios y a magistrados, nunca lo han reconocido, y si no han reconocido menos van a sindicar a personas con las que no han tenido un contacto directo.

¿Puede ser ese medio o esos periodistas los interesados más claros en sindicarlo a usted, o hay más gente?

Hasta donde he visto son solo dos medios de comunicación los empeñados en incriminarme para evitar la posible condena por la violación penal que cometieron.

¿Se explicaría eso como un acto de defensa o contraataque?

Yo no encuentro otra razón, porque mentir de la manera como lo han hecho, ser falaces y reincidir en la falacia, inventando una declaración que ellos saben que nunca existió, no tendría otro objetivo distinto a crear una artimaña legal.

Detentar el poder genera reacciones de los opositores y eso tiene costos políticos. ¿Después de ocho años del presidente Uribe hay gente como usted que está llamada a pagar ese costo político. ¿Qué va a hacer?

Si lograse consolidarse lo que el ex presidente de la Corte llamó 'el Gobierno de los jueces para el siglo XXI', veríamos un paralelo extrañísimo entre Colombia y Venezuela: el Ejecutivo venezolano persiguiendo a sus contradictores, y en Colombia el Poder Judicial queriendo convertirse en gobierno, persiguiendo, intentando derrocar al gobierno e intentado encarcelar a los detentadores del poder en el Ejecutivo.

En mi caso ya llevan dos tiros que les han salido por la culata. La Corte ha ido a pedir mi cabeza al periódico. El presidente actual de la Corte, delante de mis amigos, saca mis artículos y se los muestra como si fueran crímenes o actos terroristas. Ahora, con lo de Watergate, como que pretenden de derrocar al Presidente...

Lo que los colombianos haremos será evitar que esto ocurra. Por eso estoy seguro de que un gobierno como el de Juan Manuel Santos consolidará la política de Seguridad Democrática, que supone una gran coordinación entre los jueces y el Ejecutivo, porque la Seguridad Democrática, sin jueces, es un fracaso. Un poder judicial fuerte es el mejor mecanismo para poner en cintura a los grandes capos y jefes del paramilitarismo, el narcotráfico y la guerrilla.

¿Cree que se tiene que pensar en una reforma para producir una armonía en la rama judicial?

Yo la propuse en una de mis columnas: una pequeña constituyente, pero fue recibida con cuatro piedras, en lugar de decir: esto podría ser una salida, y discutirla.

Ese tema no avanzará porque uno de los mejores mecanismos para impedir que cualquier cosa se haga es obligarse uno mismo al consenso. Los consensos son ideales, pero si no se dan, para eso existe la regla democrática de la mayoría.

¿Entonces tendrá el país quedarse con esa situación de la justicia?

El mandato que reciba el nuevo presidente Santos le permitirá entrar a considerar, buscando acuerdos nacionales con los partidos, unas transformaciones que impidan que esto continué.

Es que el único colombiano cuya impunidad está totalmente garantizada es un miembro de la Corte Suprema de Justicia, porque bloqueó el mecanismo de investigación. La Cámara de Representantes está totalmente amilanada. Cuando ha intentado alguna investigación, inmediatamente solicitan certificación de investidura del representante que los va a investigar, lo que equivale al mensaje de "te vamos a meter a la cárcel". Y ellos sí meten a la cárcel.

¿Cómo se defenderá José Obdulio Gaviria?

Espero que en Colombia ese debate que yo he dado se mantenga en el escenario político, académico y dialéctico. Si ellos lo quieren convertir en un asunto judicial o delito de opinión se van a ir de bruces y se van a dar contra un muro.

Mi manera de ser, mi comportamiento, me llevaron a no involucrarme en ningún asunto práctico del Gobierno. Eso fue consciente y sistemático. Nunca hablé en un Consejo de Ministros o en una reunión oficial. Fabio Echeverri me preguntó una vez que por qué yo nunca hablaba. Lo único que se puede examinar de mí como miembro del gobierno, como asesor externo, es lo que hablé, lo que dije legítimamente en el escenario público o con mis compañeros. Si eso lo quieren judicializar se van a encontrar con que en la base del aparato judicial hay juristas y las decisiones se toman con pruebas. Yo no soy sujeto procesable por la Corte. La Corte seguramente estaría feliz de tenerme a mí allá metido en un debate en el que yo pague mis ideas con sanciones judiciales.

¿Cree que la Corte puede llegar a influir?

El Presidente ha insinuado que eso puede estar ocurriendo o quieren que eso ocurra. Yo me niego a pensar que eso pueda llegar a ocurrir. Pero los hechos me dicen que estoy equivocado.

Lo hemos escuchado hablar de que Juan Manuel Santos será el presidente. ¿Cuál es su análisis sobre lo que está pasando en esta coyuntura política?

Cualquier examen racional de la sociología actual en Colombia dirá que este país tiene dos grandes corrientes: el uribismo y la oposición. Juan Manuel es el uribismo y Mockus la oposición. Los demás van a estar en el lugar equivocado; en una campaña en la que nadie los mirará.

¿Cree que debe haber alianzas antes de primera vuelta?

Eso tiene que ocurrir, lo impone la lógica. Tiene que ser antes de primera vuelta porque el conservatismo es un Partido de la coalición uribista. Es un partido sustancial en ella, no es un convidado de piedra; la mayoría conservadora tiene íntima convicción de que lo que ha hecho está bien hecho, y es en favor del país y del partido.

Le veo la convicción de que Santos será el presidente, ¿por qué?

Porque observo a Santos como el representante de una gran corriente mayoritaria. Dijéramos que cuando los liberales están adhiriendo a Santos se proclaman liberales uribistas y por lo tanto adhieren a la candidatura de Santos. Los conservadores que han adherido se declaran, igual, conservadores uribistas.

Independientes como Angelino Garzón se declaran partidarios de la obra y pensamiento de Uribe y por lo tanto se adscriben a la campaña Santos. Reunidos son la primera fuerza nacional.

¿Está seguro de que llegará el apoyo conservador suficiente para que Santos gane?

Es que no entendería que pasara lo contrario. Los conservadores de hoy tienen una responsabilidad histórica con su propio partido. Ya obraron certeramente, con juicio, cuando decidieron en 2002 que el candidato oficial, Juan Camilo Restrepo, se retirara y adhirieron todos a la candidatura del presidente Uribe.

Además, hay identidad de propósitos y de puntos de vista. ¿Por qué van renunciar a estar en la corriente a la que pertenecen por naturaleza?

Pero en el congreso conservador Noemí ha dicho que se mantendrá. ¿Cree que habrá alguna circunstancia que la obligue a cambiar?

Ella tiene puntos de vista que son acordes con los del Presidente. Ese es el asunto que los va a llevar a un acuerdo político y programático.

¿Se mantendrá la doctrina Uribe?

Nosotros en el Centro de pensamiento decidimos hacer una biblioteca de las ideas de Uribe. Mi afirmación en el primer tomo es que estamos ante un cuerpo de doctrina; ese es el punto para que un estadista trascienda: Bolívar, Núñez, Caro y Cuervo; Rojas garrido, incluso el Partido Comunista...

¿Qué percepción tiene usted del fenómeno político de Fajardo y Mockus?

Creo que anima mucho el debate político. Es mejor tenerlos en la palestra con la camiseta del equipo principal de la oposición que a gente que no tiene formación ni discurso político. Ellos demuestran que con el presidente Uribe sí elevó la calidad del debate político.

Las fortalezas de Santos le ayudarán a derrotar a esa corriente, porque él tiene fortalezas en muchas áreas, formación económica y talante para derrotar el terrorismo.



domingo, 11 de abril de 2010

¡Yo le digo NO a Super Mickus Lockus!

Fotograma / Archivo World Press Service / 2010 


El viejo dicho dice que la tercera es la vencida. Obviamente es una creencia popular que carece de toda base, pero últimamente me ha preocupado y todo gira en torno al candidato Antanas Mockus. Quien se presenta en elecciones presidenciales por tercera vez.

En 1998 declinó su aspiración y terminó siendo fórmula presidencial de Noemí Sanín (conservadora de raca mandaca). En el 2006 aspiró nuevamente con una votación baja y ahora aparece nuevamente en las presenten elecciones con un imagen “nueva” pero no me convence del todo.

Mockus casi que se presenta como el mejor alcalde de Bogotá en la historia, como el pedagogo que piensa reformar la política y el buen ex rector de la Universidad Nacional. A vuelo de pájaro, son buenos de antecedentes y lo acompaña un discurso basado en la educación, que viene convenciendo a gran parte de la población.

Es precisamente en su discurso donde yo le doy el primer no a Mockus. También le digo no por los bochornosos actos públicos por los que ha sido noticia y para finalizar le digo no por sus políticas económicas neoliberales y su amistad con privatizar.

Cuando Mockus fue rector de la Nacional sus políticas generaron un incremento en los costos para la educación de los estudiantes. Aplicó sus tesis liberales en la Universidad, que se definen en: sólo pueden y tienen acceso quienes tienen la capacidad económica para pagar la matrícula.

Mockus también es partidario que la fuerza pública puede entrar en las universidades, pues según afirma él, estas son parte de la sociedad y no pueden ser excluidas del devenir normal de esta. Mockus es poco amigo de la autonomía universitaria, de su independencia ideológica.

A esto le sumo su propuesta para solucionar los problemas económicos de la educación pública, donde Mockus propone un impuesto “voluntario” para quien acceda a este recurso. Lo cual sería cobrara matrícula, tal cual pasa en las universidades privadas. Además esto es Colombia no Europa. Acá nadie pagaría un impuesto voluntario, por eso terminaría cobrándose una matrícula o en términos de Mockus: un impuesto y así le daríamos el adiós definitivo a la universidad pública.

Lo ideal para Mockus terminaría siendo una universidad privada rodeada de policías. Quizás así sea la educación zanahoria.

Los actos bochornosos que Mockus ha pretendido llamar pedagógicos: bajarse los pantalones en la Nacional, arrojar un vaso con agua a Serpa en la cara (lo cual fue gravísimo, le mojó el bigote y ese bigote es casi un símbolo patrio), orinarse en público en la Universidad de Manizales, agarrarse a golpes con un estudiante cuando él por el cargo que ocupaba y por la imagen pública que representa tenía que dar ejemplo. Esto no es pedagogía, es agresividad. Un temperamento inapropiado que lo lleva a injuriar a los demás por vías de hecho. Mockus como presidente y teniendo en cuenta los vecinos que tenemos, en un ataque de ira, podría no mostrar el culo, sino enviar un batallón, un avión, una bomba, qué sé yo?

Tampoco olvido como, con disfraz de super héroe iba a los bares a decirle a la gente que se controlara. Para algunos será pedagogía, para mí, es abuso de autoridad, sobre pasa su poder y penetra la esfera de los derechos personales de los demás, como la libertad de movilidad y esto lo garantizan mis derechos, que precisamente fueron creados para defenderme del poder absoluto del Estado. A Mockus esto no le importa, el lo llama zanahorio, yo lo llamo abuso de autoridad, palabras más o menos autoritarismo.

Quizás ese talante autoritario le permanece de su época de profesor, porque un profesor está en el círculo vicioso de la falacia de autoridad. Donde él decide como se hacen las cosas, que sirve y que no sirve, porque él es el profesor, la única autoridad.

Para mí Mockus representa el modelo económico que ha generado tanta ruina en nuestro país, el modelo que impuso Gaviria, apertura económica, neoliberalismo. Mockus se presenta amigo del TLC con USA y amigo de todos los TLC. Como por ejemplo el de Europa, que llevaría a la quiebra a 470.000 familias que viven del negocio de la leche.

Mockus es amigo de la privatización como de la educación como de las empresas estatales, como alcalde ya lo implementó. En lo único que fracasó fue en la privatización de ETB.

Entonces Mockus no representa nada nuevo, como el mismo modelo que nos tiene con 22 millones de pobres y con la tasa más alta de desempleo.

En relaciones internacionales, en sus propias palabras dice que la amistad con USA hay que consentirla y mantenerla. Es decir; mantener las relaciones bilaterales,. Ellos ordenan, nosotros obedecemos. Es seguir manteniendo la doble moral con las drogas: ellos ponen los consumidores, nosotros los muertos, la deforestación y la destrucción de tierras.

El discurso de lo zanahorio. Mockus nos presenta su fórmula zanahoria como lo correcto, en entrevista en El Radar, dijo que había que hacer política con ideas, convenciendo no con fuerza ni comprando. Es decir, de manera correcta y honesta, no zanahoria. Mockus vende su política zanahoria como lo culto, lo correcto y la forma de hacer bien las cosas.

¿Y quién define las cosas como zanahoria? Pues Mockus, el va diciendo quien es bueno y quien es malo, define lo correcto y lo incorrecto, lo cual terminaría creando un modelo de ciudadano hecho por el Estado y quien no se adecue a este modelo no es útil para el Estado.

Mockus nos vende un Estado paternalista, como un estado supremo que decidirá por todos y que poco a poco irá disminuyendo todo tipo de libertades (sueños de Francisco Franco).

Detrás de lo honesto, de la nueva forma de hacer política, se esconde un autoritarismo que fácilmente puede terminar en un fascismo y la gente lo comparte, dice que es lo que merecemos.

Por eso no doy mi voto a Mockus, representa la derecha radical y agresiva de siempre, el modelo económico de siempre y lo peor y más peligroso de todo, camufla un discurso autoritario y facista en algo que como el girasol de su campaña parece tan lindo e inofensivo.

El candidato Mockus rechazó casi cinco mil millones de pesos para financiar su campaña, el pretexto es que los dineros públicos son sagrados. ¿Entonces de dónde saldrán los dineros para financiar su campaña? Él que es de ultraderecha y de espíritu privatizador se convierte en presa fácil de empresarios y en caso de ganar entregaría el país a los grupos económicos.

En todas las democracias y sobre todo en las más fuertes el Estado garantiza parte de las campañas para asegurar la igualdad. Ese rechazo no es más que demagogia barata y estrategia política.


sábado, 10 de abril de 2010

En las encuestas, Mockus paso a Noemí, pero no convence. Santos creció en su tendencia y el uribismo se consolidó.

Fotograma / Archivo World Press Service / 2010


Siguen sonando las encuestas políticas.

La más reciente, fue realizada por teléfono en 37 ciudades, entre el 5 y el 7 de abril, con una muestra de 1.501 personas seleccionadas aleatoriamente en el área urbana. Tiene un 95 por ciento de confiabilidad y un margen de error del 2,5 por ciento.

Juan Manuel Santos obtuvo el 37 por ciento de la intención de voto, Mockus saltó al segundo puesto con el 22 por ciento y Sanín obtuvo el 20 por ciento. Bastante detrás, llegaron Gustavo Petro, con el 6 por ciento, Rafael Pardo con el 5 por ciento y Vargas Lleras con el 3 por ciento, saltando a la cola de la carrera.

La intención de voto por los candidatos varía según las regiones. Aunque Santos puntea en todo el país, su diferencia frente al segundo cambia sustancialmente. Mientras que en la Costa dobla a Mockus, que se ubica de tercero, en la región Oriental y Bogotá no alcanza a sacarle diez puntos. Noemí, por su parte, consigue una buena ventaja frente a Mockus en la Costa mientras que en Bogotá pierde frente a él por más de 12 puntos. Gustavo Petro tiene el doble de intención de voto en la Costa que en el resto del país. A Pardo y a Vargas Lleras les va igual de mal, en todo el país.

Lo que significa

También se disparó el porcentaje de gente que irresponsablemente dice sentirse verde, sin tener ni idea, de que es lo que estan apoyando. Esta tendencia se confirma con la encuesta de Datexco publicada por El Tiempo. En la encuesta de Datexco, realizada telefónicamente a 1.200 personas en las 13 grandes ciudades del país, entre el 6 y el 8 de abril, con el mismo margen de error y confiabilidad, la distancia entre Santos y Mockus es aún menor. Santos sale con el 29,5 por ciento, Mockus con el 24,8 por ciento, Sanín con 17 por ciento, Pardo con 5,2 por ciento y Gustavo Petro y Vargas Lleras con 3 por ciento.

Las certezas

Porque lo que se sabe, sobre lo que hay certeza, beneficia la candidatura de Juan Manuel Santos.Proporcionalmente, Santos subió menos que Mockus. Pero la tendencia lo favorece porque lo que muestra esta encuesta es que el uribismo comienza a aglutinarse alrededor de él.

Es difícil comparar estas encuestas con la Gallup, por ejemplo, porque tienen muestras y metodologías diferentes. Es probable que a Mockus le vaya mejor, en la de Datexco, en la que el peso de las ciudades y en particular de Bogotá y Medellín es mucho mayor que en la Gran Encuesta, que cubre a municipios más pequeños. Pero aún así lo que sí es claro es que el desinfle de Vargas Lleras, cuya intención de voto se ha reducido a menos de la mitad en las dos encuestas recientemente reveladas, beneficia a Santos.

Es más probable que los que inicialmente querían votar por Vargas Lleras estén ahora pensando en hacerlo por el candidato de la U, que les promete cosas parecidas. Los votos de 'Uribito' también han migrado hacia donde Santos, e incluso un porcentaje de los que tenía Noemí inmediatamente después de su triunfo en la consulta conservadora. Ya los opositores, no pueden decir que cualquiera le gana a Santos en segunda vuelta.

Dicho de otro modo, mientras que Santos parece consolidarse como una fuerza centrífuga para los uribistas, los votos de los demás siguen desperdigados.

Según información proporcionada al Noticiero de Santander, que no pudimos confirmar de manera independiente con su campaña, Vargas Lleras aún no ha pedido al Gobierno el anticipo al que tiene derecho para hacer campaña, lo cual es un indicio fuerte de que todavía está pensando si unirse a otro candidato antes de la primera vuelta. Con su declaración de que "votaría por Santos si no gana en primera vuelta" es claro que más temprano que tarde llegará a esa tolda. Y si él no lo hace, ya en todo caso lo están haciendo sus seguidores. Si Sanín no repunta pronto en las encuestas y su candidatura comienza a perder viabilidad, una buena parte de los conservadores también saltarán del barco, como ya lo han comenzado a hacer, y se irán con el candidato de la U.

En cambio, por el lado de los no uribistas, Rafael Pardo y Gustavo Petro llegarán solos a la primera vuelta. Siendo los liberales un partido de oposición, les resultaría muy difícil unirse en este momento al partido de Uribe. Pero también adherirse al Partido Verde.

No sólo por su larga historia y por ser la tercera fuerza del Congreso para Pardo es prácticamente imposible ceder ante Antanas, sino porque Mockus difícilmente les ofrecerá a los liberales un acuerdo burocrático que les resulte más atractivo. Incluso si Pardo prefiriera unirse a Mockus, la maquinaria del partido no lo seguiría. De hecho, esta encuesta termina ratificando los temores de los congresistas activos y quemados que están presionando porque Pardo no llegue solo a la primera. Y como si esto no fuera suficiente, como Pardo fue elegido por consulta está obligado a ir hasta las urnas en primera vuelta.

Lo mismo Gustavo Petro. El candidato del Polo llegará hasta el final por una sola razón: nadie quiere unirse a él. Aunque él y Mockus son amigos, los verdes consideran que si Petro entra al clan inmediatamente los caricaturizarán como de izquierda y perderán el centro donde realmente pertenecen.

Así las cosas, Santos, con un esfuerzo y con todo el aparato de gobierno a su favor, aspira a ganar en una primera vuelta. Más aún ahora con la confesión de Mockus de que tiene principios de Parkinson. Santos está a trece puntos de esa meta y al fin y al cabo, el setenta por ciento del país que hace dos meses quería que Uribe se quedara otros cuatro años en el poder sigue existiendo. Y sigue teniendo los mismos temores frente a las Farc, frente a Chávez, frente a perder el subsidio de Familias en Acción. El bombardeo de noticias sobre los colombianos injusta y arbitráriamente detenidos en Venezuela, bajo cargos falsos; o sobre ataques recientes de las FARC probablemente fortalecen  nuestra convicción de que "retroceder no es una opción".

Por eso, aunque los verdes ya son un fenómeno, deben entender que hoy en día, el voto de opinión es mayoritariamente uribista. Algo que es fácil para los fans de los verdes, olvidar en medio de la euforia de las encuestas.

lunes, 5 de abril de 2010

Los secretos de la marca que popularizó "El Coyote"

Fotograma / Archivo World Press Service - 1935

Hoy quiero que nos adentremos en el maravilloso mundo de los dibujos animados en el que casi cualquier cosa que se puede pensar, se puede hacer. Así es como un coyote desesperado, es capaz de entrar a una tienda y adquirir un reluciente yunque de la marca "ACME" que utilizará en sus maléficos planes para atrapar al correcaminos. Cosa distinta es que funcione...

La empresa más conocida del mundo de la ficción tuvo su primera aparición en el año 1935, en un episodio titulado "Buddy's Bug Hunt" que por supuesto, está en YouTube. Desde entonces muchos han sido los personajes que han sido clientes de esta original marca; desde los clásicos Looney Tunes, como el pato Lucas o Bugs Bunny, hasta algunos más modernos como Los Simpsons o Padre de Familia. También ha sido llevada al cine convencional en películas como El Bueno, el Malo y el Feo, Ace Ventura: Pet Detective y Last Action Hero.

El completo catálogo de la Corporación ACME posee armas, cohetes, resortes, imanes gigantes, semillas de acero para pájaros, y otros productos inimaginables. Parece que el nombre de la marca procede del griego y significa "cumbre" o "lo más alto" aunque otras leyendas urbanas van más allá en la lectura de sus siglas: "A Company that Makes Everything" (Una compañía que hace cualquier cosa) o "American Corporation that Makes Evrything" (Corporación americana que hace cualquier cosa).

Eso sí, sus productos tienden a fallar de formas estrepitosas, tanto que incluso una revista ficticia publicó una noticia de un abogado que había demandado a la corporación por la baja calidad de sus productos y pedía una indemnización por las frecuentes lesiones sufridas por el Coyote. Aunque habría que escuchar a la otra parte, alegando posiblemente la incompetencia del personaje. Qué buenos recuerdos de la niñez.

domingo, 4 de abril de 2010

La crisis de la CNN



La voz inolvidable que identificó durante muchos años, la señal de CNN News. JAMES EARL JONES.

El canal todo-noticias por excelencia ha perdido casi la mitad de su audiencia en un año. El espacio de entrevistas del legendario Larry King reúne entre cuatro y cinco veces menos espectadores que su programa rival en Fox News, y en varias ocasiones ha perdido la batalla nocturna ante Rachel Maddow, presentadora del canal de noticias MSNBC (supuestamente de centro-izquierda).

La CNN se resiste a ideologizar sus noticias, pero el veredicto de la audiencia es claro: gana el partidismo, pierde la objetividad. Los analistas mediáticos se han apresurado a recomendar programas que visualicen el conflicto político con más claridad, bien resucitando el debate Crossfire, como propone Michael Calderone en Politico, o pidiendo a periodistas de izquierdas que analicen la actualidad de derechas y viceversa, como sugiere el profesor de la NYU Jay Rosen, quien también aboga por dar cancha a las opiniones libertarias con un programa diario.

Quizá la observación más aguda sea la de Michael Hirschorn para la revista New York Magazine: el problema de la CNN es su modelo. En un contexto de abundancia de información, su receta de noticias con poco análisis se ha quedado obsoleta. La información pura y dura no interesa, es redundante. En cambio, la tertulia radiofónica televisada sí crea adeptos, y encima es mucho más barata.

Algo similar parece detectarse en los primeros meses de vida de la TDT (televisión digital terrestre) en España. El programa de debate político "El gato al agua" (Intereconomía TV), que podría considerarse el equivalente español a "la hora de Bill O’Reilly" en la Fox News, cosecha más audiencia que todos sus rivales juntos.

En los estertores de la Guerra Fría, y durante los años 90, los académicos llegaron a acuñar el término "efecto CNN" para referirse a la curiosa simbiosis entre la cobertura intensiva de crisis internacionales y la política exterior de los Estados Unidos. Ahora la pérdida de audiencia de la CNN frente a sus rivales más ideologizados pone una vez más sobre el tapete la discusión sobre las consecuencias de la polarización de la audiencia para la democracia y el periodismo convencional.